Se presenta un programa de intervención para trabajar en educación infantil, primer ciclo, la inteligencia emocional con el siguiente objetivo general: “establecer relaciones sociales satisfactorias en ámbitos cada vez más amplios, teniendo en cuenta las emociones, sentimientos y puntos de vista de los demás, así como adquirir gradualmente pautas de convivencia y estrategias en la resolución pacífica de conflictos” y tomando como referencia la Orden 5 de agosto, ley por la que se regula el currículum correspondiente a educación infantil en Andalucía.
Se plantea el siguiente problema: ¿Cómo expresan los alumnos y alumnas de 2-3 años sus emociones y sentimientos? A partir de este problema, se propone la siguiente hipótesis: los alumnos a los que se aplique el programa de intervención diseñado para el desarrollo de la IE, mejorarán su comportamiento en clase. El problema, que se ha detectado ha sido la falta de control de impulsos en el aula de 2-3 años. Todo esto es debido a que no son capaces de expresar sus propias emociones o tener en cuenta las emociones ajenas. En parte, por la etapa de desarrollo en la que se encuentran, paso de la etapa egocéntrica a la etapa preoperacional.
El programa consta de dos bloques de actividades, una dirigida a los alumnos y alumnas de un centro educativo de la provincia de Granada y otro bloque de actividades dirigidas a las familias de dichos niños y niñas. Con esta organización se pretende que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más enriquecedor, pues, familia y escuela son los dos agentes socializadores primarios, y el aprendizaje se consolide.
Las actividades dirigidas a los niños y niñas, tendrán como protagonista Juanito, un niño que es muy feliz, pero un día pierde su pelota favorita y experimenta varias emociones. Las actividades se llevaran a cabo en clase diariamente (e.j. asamblea, cuento de Juanito y las emociones, pictogramas, etc.) para que los niños y niñas vayan interiorizando y familiarizándose con las emociones y sentimientos.
Las actividades dirigidas a las familias, están centradas en trabajar las rabietas en casa o conductas disruptivas, reforzando positivamente al niño o niña cada vez que hace la conducta deseada para que se interiorice dicha conducta y cada vez aprendan a tolerar mejor la frustración.
El programa se llevo a cabo durante cinco meses (2 de noviembre al 12 de marzo). Antes de comenzar la intervención, se hizo una primera observación utilizando la técnica de observación y el instrumento lista de control. Una vez comenzada la intervención mediante las distintas actividades, se hizo otra recogida de datos (postest) utilizando la misma lista de control, con el objetivo de comparar los resultados obtenidos en ambos tiempos (octubre-pretest / marzo-postes). Los resultados obtenidos han coincidido con otros programas de intervención como Gelabert-Amengual (2014) en Madrid o Fernández-Cabezas et al., (2011) , donde la interacción con sus iguales también se ha visto mejorada, expresando afecto, empatía, y compartiendo juguetes con sus compañeros, mejorando habilidades sociales después de llevar a cabo la intervención con su programa.
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Susana Vazquez Lopez
Comentó el 07/10/2022 a las 13:20:11
Me ha parecido bastante interesante. Y me surge una duda.
Dentro del programa de interacción, se pudo observar en qué momento del día (asamblea, cuentos, pictogramas...) se deba una mayor interacción y participación de los alumnos/as para reconocer las emociones? Y respecto a las familias; ¿les fue efectiva la charla y las pautas?
Muchas gracias
Un saludo
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Maria del Carmen Flores Piñero
Comentó el 07/10/2022 a las 17:29:37
Buenas tardes Susana, gracias por su pregunta.
La observación se realizó durante toda la jornada escolar. En asamblea, eran totalmente conscientes de la emoción que se mostraba (mediante un pictograma, cuento de Juanito y las emociones (creación propia), o la propia expresión facial del adulto o de los compañeros) y ahí no hacia falta mucha intervención porque simplemente era mostrar una emoción y reconocerla.
A lo largo de la mañana, en un principio si que había que intervenir más para que los niños y niñas fueran conscientes de la emoción que estaba sintiendo el otro compañero cuando se hacia una acción que no era la adecuada (e.g. quitar un juguete) pero poco a poco ellos mismos iban tomando consciencia de esa emoción.
En cuanto a la familia, no nos llegó feedback de todas, pero sí supimos del testimonio de algunas de ellas que lo estaban llevando a cabo y estaban muy contentas con el resultado.
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Nuria Cantero Rodríguez
Comentó el 06/10/2022 a las 18:55:36
El trabajo de las emociones es un aspecto esencial, cómo se puede implicar a las familias en este proceso desde el centro educativo?
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Maria del Carmen Flores Piñero
Comentó el 06/10/2022 a las 23:09:49
Hola Nuria, gracias por su pregunta.
Las actividades que se propusieron para implicar a las familias en este proceso, fue la realización de una charla sobre rabietas e inteligencia emocional. En ella, se dieron una serie de pautas de conducta que tenían que tener en cuenta cuando en casa se diera algún tipo de rabieta. También se les proporcionó una hoja de registro que tenían que ir rellenando junto con el niño para paliar/extinguir la conducta no deseada y reforzar la conducta positiva.
Espero que haya respondido bien su pregunta
Gracias
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